La estirpe del Akita japonés
El Akita japonés tiene un pelo con una coloración naranja y sus diferentes matices, así como también, en tono blanco, hay otros que tiene una tonalidad similar a la de un tigre, rubio oscuro o rojizo. Su cabellera de este can es lanosa y voluminosa.
Cuando esta raza llega a su adultez, las hembras tienen un tamaño de 60 a 66 cm aproximadamente, mientras que el de los machos es de más o menos 66 a 72 cm. Pueden llegar a pesar de 36 a 53 kg aproximadamente.
La apariencia altiva de su cabeza se destaca muchísimo debido a sus ojos de color negro y también a sus orejas chiquitas.
Esta mascota es muy tranquila, tiene un babero muy intenso y es muy tranquila. Por otro lado, es un chucho guardián, por lo que siempre está alerta.
Pueda que necesite de algún adiestramiento para convivir tanto con los pequeños de casa, como con otros animales de compañía que tengas en la misma.
Carácter Akita japonés
Entre los aspectos más importantes que tienen estos perros es que son muy protectores, ladran muy poco y son muy leales con los familiares con los cuales conviven.
Algo a tener presente si deseas tener este can como mascota y que nunca deberás olvidarte, es que el mismo cuenta con un impetuoso impulso para cazar.
El Akita japonés es un chucho que necesita de un entrenamiento extra y que su amo cuente con cierta experiencia en dicha raza. No es recomendable para personas sin ningún tipo de práctica con este linaje.
El linaje Akita japonés es una raza robusta y enorme, con una inmensa personalidad y generosidad.
Su instrucción, así como su relación con otros individuos y mascotas, debe realizarse cuando este can es un cachorro y además las mismas tienen que ser constantemente.
Cachorros Akita japonés, ¿de dónde son?
Existen diferentes afirmaciones acerca de la existencia de estos canes. Una de ellas asegura que esta estirpe de chucho se crio, en un principio, para ser utilizados en la cacería del oso negro, el jabalí y el ciervo.
Por otro lado, existen datos de que el Akita japonés se utilizó para pelear con otros chuchos. Sin embargo, cuando estos combates cesaron y dejaron de ser famoso en Europa y sobre todo en Japón, este can se empleó para la cacería.
Otras informaciones acerca del origen de la estirpe Akita japonés nos dicen que el mismo proviene del territorio de Akita, en Japón, de ahí el nombre de esta raza surgida durante el siglo XVII. Es la estirpe de Japón que cuenta con una considerable proporción.
Finalizando el siglo XIX, comenzó a ser importadas distintas estirpes de perros y los Akitas japoneses pasaron a ocupar un segundo y tercero lugar en comparación con otros linajes.
A partir de este momento se funda la Sociedad para la Conservación de los Perros Japoneses, cuyo objetivo es la preservación de los linajes originales, los cuales han sido declarados Patrimonio Nacional.
Deporte y alimentación
Al Akita japonés le encanta realizar paseos activos y que los mismos tengan una duración de aproximadamente dos o tres horas diariamente. Esto se debe a que es un can muy enérgico, por lo que requiere de más actividades, con el objetivo de que sus músculos estén en perfecta forma.
Ten presente, que el Akita japonés surgió para dedicarlo a la cacería. Es por ello que deberás tomar todas las medidas necesarias antes de quitarle su collar y dejarlo libre para que corra.
Al ser un linaje de gran tamaño, tiene muchas ganas de comer. Los alimentos que ingieran deben contar con los nutrientes, así como también la incorporación de las vitaminas y minerales necesarias para su correcta alimentación, eso sí, debes tener en cuenta la proporción de tu can para así darle la dosis necesaria de comida. Siempre tienen que tener agua fresca a su disposición.
Muy importante, a la hora de darle su comida, la misma será en pequeñas cantidades y asiduamente, debido a que este perro es proclive a padecer de hinchazón abdominal y otros padecimientos digestivos.
Cuidado, aseo y salud
Si decides tener el Akita japonés como un animal de compañía, te recomiendo que primeramente lo lleves a una revisión con el veterinario, ya que los mismos tienden a padecer de problemas visuales y dislocación parcial o totalmente de su cadera, teniendo dificultades a la hora de caminar.
Con respecto a su aseo, es muy importante que conozcas que este can muda su pelaje cada año doblemente, de ahí que debas emplear un peine metalizado con dos dentados.
Debes cepillarle de manera correcta su cabellera al menos 4 veces semanalmente, con el objetivo de que la mismo se encuentre en perfecto estado.